Artículo publicado en AHORA el 24/06/2016
Las acciones de un gobierno en materia de política económica deben valorarse en la medida en que hayan contribuido a obtener resultados, no en función de los resultados obtenidos en sí mismos. Varios eventos pueden coincidir simultáneamente en el tiempo y en el espacio sin que exista necesariamente una relación de causa y efecto entre ellos. Así, por ejemplo, la evolución del precio del petróleo en los últimos años, el tipo de cambio y la política monetaria del Banco Central Europeo han tenido efectos benéficos sobre el crecimiento de la economía española que no son atribuibles a ninguna decisión de política económica doméstica. Tampoco será demérito del próximo gobierno que estos vientos dejen de soplar a favor.